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En internet todos somos un objetivo. Usuarios, empresas y organismos estatales. Así ha vuelto ha quedar claro esta mañana, cuando un grupo de cibercriminales ha conseguido infectar los sistemas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), encargado de gestionar las prestaciones por desempleo y los ERTES de los españoles, mediante el empleo de un virus de tipo ‘ransomware’, según apunta en un comunicado la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF). Los códigos maliciosos de esta familia son capaces de secuestrar los equipos conectados a una misma red y cifrar la información que contienen para, después, solicitar un rescate en criptomonedas a la víctima a cambio de recuperar el control.

Su incidencia ha crecido notablemente durante los últimos meses. Tanto que la mayoría de expertos en ciberseguridad lo señalan como la mayor amenaza a la que hace frente una empresa en la red en estos momentos. Según un reciente estudio de la empresa de ciberseguridad Proofpoint, en el que participaron usuarios y trabajadores de la seguridad de España, Alemania, Australia, Estados Unidos, Francia, Japón y Reino Unido, el 66% de las empresas de nuestro país sufrieron un ataque mediante el empleo de un virus de este tipo durante el año pasado.

Durante los últimos meses, numerosas firmas de ciberseguridad han alertado sobre la falta de mecanismos de seguridad adoptados por las empresas en estos tiempos de pandemia, en los que la superficie de exposición de las compañías ha crecido enormemente por la instauración apresurada del teletrabajo. Según un reciente estudio de la empresa de ciberseguridad Check Point, el 47% de las compañías españolas no ha adoptado soluciones tecnológicas, como el cifrado de datos, para proteger la información corporativa. La firma también recogía que un 45% ni siquiera había implementado medidas de seguridad estándar, por lo que sus datos están muy expuestos frente a cualquier ciberataque.