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A principios de este mes, Windows 10 (a través del antivirus Microsoft Defender y del navegador Microsoft Edge) empezará a bloquear automáticamente los programas potencialmente no deseados (PUP) de forma predeterminada.

El término ‘PUP’ (o ‘PUA’) hace referencia a algunas aplicaciones que, según algunos criterios podrían considerarse maliciosas… pero que técnicamente no son malware, por lo que la decisión de eliminarlo o no suele dejarse en manos de la valoración del usuario.

Las aplicaciones piratas están en el punto de mira pero siempre hay solución.

Que un software legítimo sea clasificado como PUP se debe, en muchos casos, a malas prácticas de su desarrollador (métodos de distribución engañosos, privacidad deficiente, inclusión excesiva de anuncios) o a funcionalidades polémicas (alteración de configuraciones del sistema, criptominería), etc..

Los nuevos cambios en la configuración de seguridad de Windows 10

Las builds más modernas de Windows 10 (a partir de la 2004, concretamente) añaden un nuevo apartado a la configuración de la seguridad de Windows denominado ‘Bloqueo de aplicaciones potencialmente no deseadas’ que, desde su lanzamiento, ha estado desahabilitado por defecto.

Sin embargo, ahora Microsoft va a habilitar esa opción —sin previo aviso al usuario—, «para que sea más fácil para usted mantener sus sistemas funcionando al máximo», según ha anunciado la compañía hace unas horas en un breve boletín de soporte.