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Durante los últimos dias hemos recibido un número importante de correos de Spam con una peculiaridad especial, y es que simulan como si los hubiera enviado uno mismo, ya que la dirección de e-mail del remitente coincide con nuestra propia dirección de e-mail.

A estas alturas nosotros ya no nos preocupamos por estas picarescas de los «Spammers», pero como es habitual, nos llama algún cliente, señalándonos esta circunstancia, y preocupado porque ellos no han enviado el correo, y sospechan que su ordenador tenga un virus que esté enviándolos o incluso que alguien tenga su contraseña de acceso para enviar correos en su nombre.

Durante los últimos dias hemos recibido un número importante de correos de Spam con una peculiaridad especial, y es que simulan como si los hubiera enviado uno mismo, ya que la dirección de e-mail del remitente coincide con nuestra propia dirección de e-mail.

A estas alturas nosotros ya no nos preocupamos por estas picarescas de los «Spammers», pero como es habitual, nos llama algún cliente, señalándonos esta circunstancia, y preocupado porque ellos no han enviado el correo, y sospechan que su ordenador tenga un virus que esté enviándolos o incluso que alguien tenga su contraseña de acceso para enviar correos en su nombre.

¡No hay que preocuparse!

Y es que uno de los puntos débiles del correo electrónico es precisamente la comprobación de la autenticidad de remitente. No es posible comprobar si la dirección que aparece en el remitente efectivamente es la dirección desde la que se ha enviado el correo.
Por otro lado, es muy fácil falsear la dirección de e-mail que aparece como remitente. Por ejemplo, si utilizo el Outlook Express, y voy a las propiedades de mi cuenta, y sustituyo el campo donde se indica mi dirección de e-mail por otra diferente, por ejemplo, info@google.com, el correo que envíe lo recibirá el destinatario como si viniera de Google, aunque es posible que esta dirección de e-mail ni siquiera exista.

Hace gracia pensar que este hecho virtual es perfectamente repetido en el mundo físico  yq que podemos enviar una carta a través del servicio nacional de correos  escribiendo en el dorso del sobre el remitente que nos venga en gana. La carta será entregada al destinatario sin que el servicio nacional de correos verifique este remitente.

Volviendo al caso concreto de estos correos, el «spammer» que envía los correos, está usando como dirección de remitente la misma dirección que destino. Por eso, al recibir esos correos parece que son enviados por nosotros, pero no es así.  La dirección de e-mail del remitente ha sido falsificada.

Esto también puede causar otro tipo de problemas y es que en ocasiones los «spammer» realizan envíos a otras direcciónes, pero siguen poniendo como remitente nuestra dirección de e-mail para ocultar su propia dirección o para poder pasar por los filtros de spam.  Como en estos envíos es muy normal que se produzcan devoluciones,  y las devoluciones se envían al remitente, es decir, a nosotros (porque el spammer a puesto nuestra dirección como remitente), puede darse la circunstancia de abrir un día el correo y recibir muchas devoluciones de correo procedentes de direcciones que no conocemos.